Somos una empresa familiar con vocación de trabajo

Cuatro generaciones forman parte del sueño que iniciaron los abuelos. El valor que nos inculcaron desde pequeños, la dedicación al trabajo, continúa a través del tiempo para brindar buenos frutos. Cada etapa tiene nuestra mirada en la cual confluyen profesionales de distinta índole con un trabajo de campo exigente y requiriendo un personal activo de aproximadamente 1500 personas.

Nuestra producción se caracteriza por la profesionalización del proceso, en donde la trazabilidad de las frutas es condición para su comercialización. Conocemos la historia de cada fruta desde el origen en la chacra, día de cosecha, condiciones de mantenimiento y características de distribución. Todos nuestros productos están continuamente auditados y certificados por técnicos externos que garantizan la trazabilidad e inocuidad.

Un poco de nuestra historia

En el año 1937, el nono Don Mario Cervi, un joven inmigrante lleno de ilusiones, llegó desde su Italia natal y se radicó en Colonia Confluencia de la ciudad de Neuquén. Comenzó trabajando de peón y luego como capataz de un importante establecimiento frutícola de la ciudad de Cipolletti. Una década más tarde, fiel a su espíritu emprendedor, adquiere su primera chacra para iniciarse en el cultivo de hortalizas y frutas. Sin embargo, el arduo trabajo de preparación de la tierra (desmontar, emparejar, construir acequias y alambrados) no fue fácil para él y para nuestra familia que empezaba a crecer.

El esfuerzo y el sacrificio inagotable de todos constituyeron los cimientos de una pequeña empresa frutícola que aspiraba a producir las mejores frutas del Alto Valle. Nuestra abuela también colaboraba realizando la comida para todos los trabajadores y nosotros desde pequeños formábamos parte de la cosecha en donde la chacra era el escenario propicio para fortalecer la vocación de trabajo.

Así es que en 1969 comienza con el empaque de manzanas y peras en su propia planta ubicada en la ciudad de Neuquén. Dos años más tarde, en 1971, se constituye la sociedad Mario Cervi e Hijos SA., integrada hasta la actualidad por descendientes de segunda y tercera generación. Actualmente el alma familiar y el espíritu profesional son los valores que transmitimos a todo nuestro equipo de trabajo.